Neurociencia y Educación
- Siria Dass Correa
- 14 jun 2022
- 2 Min. de lectura
El momento histórico en el que estamos situados nos enfrenta a grandes desafíos, ante un nivel de aceleración nunca antes visto de la cotidianidad de las vidas humanas, existe una presión por explotar el potencial al máximo y dar respuesta a lo que el sistema actual demanda.
En este contexto y ya centrándonos en el escenario del sistema educativo, surge una ola informativa proveniente de la neurociencia, que nos retira el vendaje de los ojos para poder ver todo lo que, con claridad, nunca antes se vio con respecto al proceso de enseñanza aprendizaje y a los integrantes de la comunidad educativa, sean directivos, docentes, padres o estudiantes.
Pero, ¿en qué se relaciona la neurociencia y la educación ? La neurociencia nos empieza a mostrar por ejemplo que la emoción es la clave para el aprendizaje; además a demostrar cómo derribar una serie de mitos con respecto a acciones pedagógicas que no han tenido ningún sustento científico; sin embargo su práctica ha seguido invadiendo las aulas de todo el mundo. En definitiva, siendo la neurociencia encargada del estudio del sistema nervioso, su aporte a la educación es vital para saber cómo funciona el cerebro en el proceso de aprendizaje y que este proceso sea óptimo y eficaz.
Hay que tener en cuenta que el sistema educativo estaba saturado de una hibridez de corrientes pedagógicas, muchas de ellas emergentes y otras tantas caducas, que fueron una respuesta acertada a la sociedad de un determinado momento histórico con sus propias características y necesidades; pero que no son suficiente respuesta para la sociedad del hoy. Tomando en cuenta todo este panorama, podemos determinar entonces que la neurociencia ha llegado para ser un bálsamo para la enseñanza y el aprendizaje en todos sus niveles, si bien no son las herramientas y recursos per se, proporcionan información vital acerca de la estructura, desarrollo y función del sistema nervioso, siendo todo ello la base biológica de la conducta y la cognición. Así es, momento histórico, sabemos cómo funciona el cerebro para aprender a aprender, esta es la posible llave mágica del conocimiento a un nivel de evolución que responde a la demanda de nuestros tiempos.
Es importante y hasta obligatorio hacer énfasis en que las corrientes pedagógicas que hasta ahora han venido caminando con los sistemas educativos no pueden descartarse y han sido vitales para llegar a este punto; lo que no se puede permitir es seguir cimentando una educación exclusivamente en corrientes pedagógicas que fueron creadas para necesidades educativas distintas.
Las cartas están echadas, estudios e investigaciones como punto de partida para un cambio revolucionario de la educación, todos los actores educativos tenemos la obligación moral de estar a la altura de los tiempos y ahora nos compete involucrarnos, estudiar, investigar, poner en práctica, ser y hacer, para que esta prometedora relación entre la neurociencia y la educación sea sostenible en el tiempo y estimuladora del desarrollo y evolución humana.

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